Flora Tristán: Una mujer
adelantada a su época, que luchó por los millones de hombres y mujeres,
trabajadores, en el inicio de la era industrial, por su dignidad, sobre todo,
en igualar a las mujeres en esta lucha, e
hizo visible la inferioridad en que se encontraban las mujeres. Renunció al amor, la maternidad, la amistad,
todo su tiempo lo necesitaba, para redimir a la humanidad doliente y desgraciada, a la que ella quería
salvar. Flora busco El Paraíso, un paraíso para todos, y por ello renunció al
amor de mujer, y de madre, y se dedicó por entero a la causa de los
desheredados de toda la tierra.
Los derechos escritos en las Cartas Magna, Constituciones de las
naciones del mundo, se los debemos a personas como ella, que han luchado por la
humanidad; Está muy aceptado, y nos parece normal, que haya personas que dejen
familia y amigos e ingresen en una institución religiosa, en nombre de la fe y
la religión, buscando el paraíso. Flora busco su paraíso en otra esquina, un
paraíso no solo para ella, sino que, sirviera para todos los parias que
caminan por la tierra.
Paul Gauguin: El artista que buscó la perfección en sus obras, al que le daba miedo acabar un cuadro, pues no se sentía capaz de realizar otra obra así, una y otra vez busca en el desenfreno, en el alcohol, las drogas, la promiscuidad, buscando en ellas la inspiración, llegar a la culminación de la obra perfecta, ese paraíso que una y otra vez se le escapa a la otra esquina.
Abuela y nieto, tan dispares, buscando el mismo fin; Flora, intentando
traer el paraíso a los parias a los desgraciados de la tierra; Gauguin,
plasmando en sus telas la visión de un cuadro perfecto, armónico. Cuanta gente
ha visitado Tahití o las Islas Marquesas buscando en sus playas y en su
naturaleza, el exotismo de sus gentes,
cuantos carteles en las agencias de viajes muestran los cuadros de Gauguin y lo venden como el paraíso.
Mario Vargas Llosa: A través
de este libro, nos muestra las biografías de dos seres de una gran dimensión,
tan cercanos y tan diferentes entre sí;
Este es un libro que, sin duda, tiene
más de una lectura, después de haber reflexionado sobre él, pienso que, aunque no sea en
esa escala, cada uno de nosotr@s buscamos nuestro propio paraíso y que ese paraíso, muchas
veces, está en la otra esquina. Meli
Tienes razón Meli. Paul Gaugin y Flora Tristán son dos personajes muy diferentes, pero que coinciden en la utópica persecución de un ideal, de un paraíso perdido.
ResponderEliminarNo llego a entender lo de un paraíso perdido.Para mí , no hay paraísos perdidos en este mundo,puesto que el paraíso en si como ideal supondría una prolongación del espíritu o del alma a otra dimensión que desconocemos los seres humanos.
ResponderEliminarEse paraíso tiene un puente que cruzar antes,que es la muerte .Antonio Machado o Federíco García Lorca son dos buenos referentes sobre estos ideales.
Flora tristan y Mario Vargas llosa para mi son tan buenos en lo suyo que si nos hablan se su paraiso personal no llegamos a verlo.A fin de cuentas,el paraiso,ni esta tan lejos ni esta tan cerca.O a lo mejor es que ya existe y los hombres tratamos de esconderlo porque unis pocos se lo quieren guardar para si mismos...
Kaxo Mio Cid; Es evidente que no supe mostrar lo que el libro significo para mí, no me refiero al paraíso perdido si no al paraíso o ideal de la felicidad, que cada uno de nosotros busca en distintos lugares.
EliminarFlora, lo buscaba para los desheredados de la tierra; Gauguin, en el arte, triunfar y trascender como artista. Todos buscamos el paraíso, el propio, y cuando creemos que lo alcanzamos se nos escapa y cambia de esquina.
Flora, buscaba para los parias de la tierra una vida digna ( aquí y ahora) no un paraíso "post mortem" antes de cruzar ningún puente quería asegurar el paraíso en este. Ese es su valor.Meli